jueves, 13 de diciembre de 2012

Los Andes del Sur: ¿Villa o población?



En medio de las deliberaciones por buscar qué problemática abordar en la cual pueda trabajar en base al paradigma sociocrítico se me vino a la mente una respuesta que estaba muy lejos de mis proposiciones iniciales. Lejos en mi mente, pero muy, muy cerca geográficamente hablando. Hace algunos meses se plantea una problemática por cierto muy aguda y punzante dentro del entorno en el cual vivo, y es este el tema que he elegido para dar vida al presente artículo. Pero será mejor que me deje de rodeos innecesarios y comience a plantear el problema en cuestión.
Como dije de forma anterior, hace ya bastantes meses se ha ido gestando un movimiento social y político dentro del barrio en el que vivo, en busca de mejorar su calidad de vida y recuperar espacios que han sido perdidos un movimiento de pobladores decidió comenzar a salir a la calle para protestar por sus derechos, por las ganas que tienen de mejorar en parte su calidad de vida y recuperar los espacios que le han sido quitados. Es así como, gracias al apoyo de una juventud motivada se inició este movimiento social que busca luchar contra diversas problemáticas, todas enmarcadas dentro del espacio geográfico en el cual habitan los pobladores y donde yo también habito Estas apuntan hacia recuperar las áreas verdes para el uso familiar, y que dejen de ser utilizadas por drogadictos y alcohólicos amparados por las sombras de los árboles; también el movimiento se ha cuadrado contra empresas que buscan instalar antenas celulares sin el previo consentimiento de los vecinos, o en apoyo a causas relacionadas con problemáticas más amplias que cubren el espectro de la comuna de Puente Alto, lugar donde se desarrollan estos hechos.
El movimiento en fin intenta cuadrarse con la lucha social que viene sosteniéndose durante el último tiempo en nuestro país desde una mirada local, abogando por solucionar los problemas que surjan en el mismo espacio geográfico en el cual habitamos. Dentro de este contexto, han ido surgiendo para mí nuevas dinámicas entre los propios pobladores que los han llevado a re significar lo que para ellos era este espacio en el cual habitan. Ya no lo ven como un lugar donde se viene a dormir y comer, sino que como el lugar donde se habita, donde se desarrolla buena parte de nuestras vidas, y el cual debe ser defendido de cualquier manera ante alguna situación que atente contra el bien común de la villa. Esta, denominada Los Andes del Sur desde sus inicios, ha comenzado a ser renombrada por algunos jóvenes insertos en este movimiento social y ahora es conocido por ellos como “población”, a sabiendas de que esta nueva denominación posee un simbolismo que le da peso a las luchas que se llevan dentro de ella. Es aquí donde se presentan para mí las mayores dudas, girando en torno a la denominación o no de Los Andes del Sur como población, y desde este marco deseo trabajar en base al paradigma sociocrítico, relacionándolo con otros paradigmas de ser necesario para explicar de mejor manera la problemática planteada.
Que diferencia a una población de una villa?, seguramente esta es la primera pregunta que debemos plantear en nuestro artículo, ya que aún considero no se ha planteado una respuesta clara y precisa para diferenciar a una de la otra. Podría decirse que las diferencias no van más allá de una simple cuestión semántica, que la construcción de la realidad no dista mucho entre una y otra, y aunque en algunos casos esta afirmación puede no estar equivocada, si nos planteamos desde un paradigma sociocrítico el asunto puede seguir siendo analizado, porque aún hay muchos cabos sueltos que pueden ser atados.
A una población la asociamos, según la percepción generalizada de la gente (haciendo alusión a la geografía de la percepción), con delincuencia, drogas, marginalidad, problemáticas sociales, y a una villa la ubicamos dentro de otras lógicas, con mucho menos problemáticas de este tipo, pero sabemos a ciencia cierta que en la práctica, y si hacemos caso a la percepción de los propios pobladores, los límites entre una y otra definición no están para nada clarificados. Existen villas dentro de las cuales las problemáticas sociales son agudas, y también poblaciones que cargan con un estigma que muchas veces no condice con la verdadera realidad que se vive dentro de ellas. Es por eso que este tipo de “definiciones” elaboradas según la percepción generalizada de la población no son suficientes, porque dentro del juego de percepciones sabemos muy bien que la gente tiende a posicionarse según sus propias realidades, las cuales a veces pueden distar mucho dentro de lo que comprendemos como una población. Entonces, que deberíamos hacer con el caso particular de Los Andes del Sur?, si ya hemos logrado demostrar que no existe una diferenciación clara y precisa entre población y villa. Acaso es factible decir a todos estos jóvenes que ven como una población al lugar dentro del cual habitan decirles que no, que según ciertos parámetros aquel lugar no debe ser denominado como población? La respuesta abordada desde nuestro paradigma está clara y es negativa, ya que no podemos atentar contra las percepciones particulares de estos pobladores sin antes inmiscuirnos nosotros mismos en esta realidad en particular. En ese sentido el trabajo ya está hecho, porque yo mismo soy habitante del sector y conozco en carne propia como se dan estas lógicas y relaciones, así que puedo posicionarme desde una línea de pensamiento para apoyar o no esta concepción de población que ha surgido en la villa.
Si quisiéramos evaluar esta definición en base a parámetros establecidos tendríamos que considerar el número de habitantes que posee la villa (o población), el ingreso pér capita de los mismos, la calidad de las casas, la antigüedad de la villa misma, el número de problemáticas reseñables dentro de ella, y un largo etcétera, pero a pesar de poder medir estos parámetros, la discusión para nada estaría zanjada. Y porque no lo estaría?, simplemente porque estos parámetros si bien pueden servir, pasan por alto las propias percepciones de los pobladores, y, al fin y al cabo, acaso en la cosntrucción de realidad lo que más importa es sino el agente que participa de forma activa en esta cosntrucción de la misma?. Acá los agentes son toda esta población que observa como las lógicas dentro de su espacio van cambiando, como nuevos elementos aparecen en escena y otros se van, modificando de esa forma la realidad que ellos mismos viven. Esta realidad misma también es creada por ellos, y si ellos son quienes participan de forma activa de la construcción de la misma, no tendríamos porqué sorprendernos en que comiencen a llamar “población” a su villa, porque este cambio de definición no viene más que a obedecer a este proceso constante de cambios en la percepción de la realidad, simplemente para muchos de estos pobladores la palabra villa ha perdido sentido en el momento en que se asocia con un pasado, con momentos que ya no se encuentran presentes dentro de sus espacios de tránsito. Debido a eso quizás es que muchos comienzan a denominar población a la villa, la observan desde otro foco, ahora son otras las lógicas que la determinan y es por eso que su percepción debe cambiar también con la forma en que se refieren al lugar donde viven, para dotar de significado a esta nueva forma de percibir la realidad en la cual se encuentran inmersos.
Claramente, la visión expuesta es sumamente somera y expresa una opinión personal del autor, debemos comprender que sólo un estudio mucho más acabado del tema puede arrojarnos luces acerca de una opinión mucho más generalizada de los habitantes de Andes del Sur respecto a la forma en que ellos mismos definen el lugar en el cual viven.
Independiente de todo esto, y como expusimos al principio, la problemática aquí expuesta se enfoca más que nada en intentar comprender las percepciones creadas entre los habitantes de la villa-población, ya que enfrascarnos en un análisis para determinar su esta es villa o población sería inútil y muy poco productivo, sabiendo nosotros que estas palabras tienden a ser muy vagas y confundirse e sus definiciones, ya que los límites entre una población y una villa muchas veces se encuentran difuminados, son poder ser delimitados de forma clara y precisa, sólo los definen sus mismos habitantes, quiénes al final de cuentas, son los encargados de generar la realidad que se vive en cada una de estos espacios geográficos.

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